Un directivo del Real Madrid, exjugador internacional, se cruzó hace un par de semanas en la puerta de un restaurante con un hombre con muletas. Hizo el ademán de entrar primero pero se lo pensó dos veces: «Pasa tú antes que estás lisiado». En efecto, el directivo estaba en la obligación de cederle el paso pero no por estar ante un «lisiado», sino por tener enfrente a un gran tipo que podría darle clases magistrales de fútbol.
A Eduardo Valcárcel (San Sebastián, 1974) le falta una pierna pero le sobra carácter y cabeza. Es el director de la escuela de fútbol base de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). A su cargo tiene 800 niños y en los dos últimos años ha viajado por el mundo para explicar los secretos del balompié español. Entrenadores de todas partes pasan semanas a su lado para copiar sus métodos de trabajo. Cada tres semanas instruye a los comerciales de una empresa de telefonía móvil en el arte de no aceptar una negativa. «En la vida te van a decir muchas veces que no. ¿Dónde vas sin pierna, como vas a ser entrenador? Ante eso no me he quedado sentado. He intentado lograr un sí o como poco un puede…», reflexiona Valcárcel, recién llegado de Camerún.
Valcárcel perdió la pierna al año y medio de nacer, cuando la rueda de un camión le pasó por encima. Fue sometido a 20 operaciones para que no perdiese las dos. En el colegio marianista donde estudió no podía jugar en el patio como los otros niños. El cura Ignacio Pujana le hizo a los 12 años una predicción que hubo de marcarle la existencia: «Tú vas a ser entrenador». Los siguientes siete se hizo cargo del equipo del centro y a los 19 vino a Madrid para hacer un curso de electrónica. Tenía el apoyo de su familia: «Nunca me pusieron barreras. Me dijeron que si mi apuesta era ser entrenador, pues adelante. Esa actitud me ha ayudado a superarme».
Desde la ventana del cursillo veía un campo de fútbol. Era el del Rayo Majadahonda. Un buen día se presentó allí y lo contrataron para entrenar a chavales. En un par de años estaba al frente del primer equipo, en Tercera División. A la vez organizó una liga de fútbol 7 que a día de hoy es la más popular de toda la región. En ella juegan un puñado de exfutbolistas. El campeonato empezó con siete equipos y ahora tiene 104, con más de 1.400 jugadores.
El título de entrenador de élite se lo sacó en 2004, a la vez que exjugadores como el portero Agustín o el extremo Quique Estebaranz. Se dice a menudo que Valcárcel es el único entrenador del mundo con una sola pierna. «Al fútbol se juega con el cerebro, no solo con dos piernas. El jugador lo que quiere es que le expliques el por qué de las cosas. Esa es tu misión y eso no es nada fácil. Hay muchos futbolistas que recién retirados los ponen en Primera a entrenar y te das cuenta de que no conocen ese secreto», señala.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) lo contrató hace cuatro años. En concreto lo hizo Jorge Pérez, la mano derecha del presidente José María Villar. Su objetivo primordial es enseñar a los niños respeto, compañerismo y disciplina. A más de un padre incontrolado le ha invitado a irse de los partidos por estar gritando en la grada. Lo importante es la educación. «La intención de la Federación no es solo ser los mejores en el campo, sino también fuera de él. Los valores son muy importantes y ahí tenemos el ejemplo de los chicos de la selección absoluta», explica.
Ya tiene un hijo y en junio espera el segundo. Tuvo que aprender a llevar a la niña con una sola mano. La otra la usa para apoyarse en la muleta. Esto quiere decir que no hace falta que nadie le abra la puerta. Él solito la derriba.
Fuente: www.elpais.com