Hace unos días nos llegó un email de Pedro contándonos que había realizado un viaje de dos meses por los Balcanes y que un elemento clave de su aventura fueron sus John Smith Racax (en esta temporada son el modelo Rander), que le acompañaron en cada kilómetro. ¿Quieres ver cómo fue foto a foto?  ¡Atento a su historia!

Con unas John Smith por los Balcanes

Puede sonar raro si digo que unas zapatillas se convirtieron en un elemento clave de uno de los viajes más significativos de mi vida, pero así fue. Y quiero compartir la historia de mi aventura por los Balcanes y mis John Smith con aquellos que, como yo, son seguidores de la marca.

Había decidido que necesitaba un cambio de rumbo en mi vida. Opté por dejar mi trabajo y darme un tiempo para reflexionar sobre el rumbo que quería tomar. En mi lista para ese periodo había dos grandes cosas: retirarme un poco a mi pueblo (Oria, en Almería) y disfrutar de mi gente, y hacer un viaje con mi gran amigo Jesús, viaje que llevábamos planeando desde que estábamos en la universidad. Nuestro destino sería los Balcanes. Nos atraía esta región por contar con países relativamente desconocidos en Europa, su compleja historia y su cultura, en particular, su música, que queríamos conocer viviendo en concreto un evento muy especial: El Festival de la Trompeta de Guča, en Serbia. Hacia 5 o 6 años que Jesús había descubierto este festival un tanto loco y me dijo: “algún día tenemos que ir”. Y ese día había llegado. Sería el punto de partida de un viaje de 6 semanas y casi 3.000 km por Serbia, Macedonia, Albania, Montenegro y Croacia.

A la hora de hacer los preparativos, una de las piezas clave era el calzado. Viajaría con una mochila y necesitaría un calzado cómodo, versátil y ligero, pues lo llevaría puesto la mayoría del tiempo, en condiciones muy diferentes. De entre otras opciones demasiado especializadas, o demasiado chillonas, o con publicidad molestamente agresiva, me llamaron la atención unos bonitos John Smith Racax azules que, si bien estaban concebidos para running, parecían sólidos, cómodos y flexibles, conque me parecieron una buena opción. Además, la compra me resultó aún más agradable por el hecho de haber comprado unas deportivas de una marca española, que no tienen un precio híper inflado sólo porque se le ha pagado una millonada a tal o cual deportista y/o celebridad para que use determinada marca. Mis John Smith y unas chanclas serian mi único calzado en 2 meses.

No solo fue una decisión afortunada en cuanto a la funcionalidad todoterreno del calzado, sino que, a los pocos de días de viaje, observé que su tono azul era tan bonito que daba un toque de alegría a cada foto que hacía. De modo que decidí documentar el viaje con las zapatillas como elemento gráfico clave.

 

Pedro J. Sánchez-Martínez