El 9 de marzo publicamos el primer capítulo del viaje a los Balcanes de Pedro. Hoy llega un nuevo episodio en el que nos cuenta cómo fue el Festival la Trompeta de Guča con sus zapatillas Racax.

El Festival la Trompeta de Guča

Uno de los momentos destacados fue, mucho más de lo esperado, el mencionado Festival de la Trompeta de Guča, un pueblecito de 2.000 habitantes que se encuentra a 150 km al sur de Belgrado. Desde hace más de 50 años esta localidad reúne cada agosto a decenas de bandas de viento metal y a miles de amantes de la música balcánica para disfrutar de una semana de comida típica, conciertos de artistas de la escena balcánica y actuaciones espontáneas en cualquier esquina. Y sobre todo de baile, de mucho baile. En el momento en que esa curiosa música popular suena, uno, como en trance, comienza a bailar solo o, más comúnmente, con cualquier espontáneo que se encuentre a mano, desde por la mañana hasta la siguiente mañana. ¿Que no? Aquí va una canción de las míticas del festival. ¡A ver si no se os van los pies!

¿Y mis John Smith? Empezaron a enamorarme. Unas 20 horas de actividad diaria con baile sobre asfalto, sobre tierra y sobre barro, y mis pies frescos como u na rosa. Listos para patearse el Parque Nacional de Durmitor (Montenegro) tan solo dos días después del festival.

 

El peso de la música tradicional balcánica no se limita solo a este festival. Es curioso que en toda Serbia en especial pero también en Montenegro y Albania se puede escuchar este estilo de música incluso en discotecas y locales de ocio nocturno de lo más sofisticado. Que sí, que allí la fiesta se mueve a ritmo de Shantel – Disco Partizani. (Gracias a mi querida Janine por enseñarme esta canción justo antes del viaje, como una premonición).